miércoles, 16 de julio de 2008

El adios

Pasaron 299 dias desde que la vi por primera vez, aquel dia me desperte mas temprano que ella y abri las cortinas de mi habitacion, alla afuera el sol empezaba a describir una fraccion de su recorrido diario, serian las nueve de la mañana, era un domingo, y no tenia ningun plan para ese dia, pero si tenia un plan para ella.Al volver y mirarla aun dormida boca abajo sobre la almohada senti un latigazo de ternura y compasion, quise adivinar que pensamientos discurrian por su mente, que imagenes definian aquel sueño, sospecharia acaso de que hace ya tiempo habia estado maquinando la manera de pornerle un alto a nuestra relacion, que habia hurgado entre sus cosas en busca de alguna prueba incriminatoria en su contra, o que habia ingresado como un roedor en su cuenta de correo electronico, y despues de todo ello no habia encontrado absolutamente nada.No pude resistirme a inmortalizar la escena , tome mi camara y le hice una foto asi dormida.

Entonces los dias pasaban y llegaria finalmente el de la partida, tal como lo habiamos conversado, seria solamente una separacion temporal, ella tomaria un avion hacia la ciudad mas cosmopolita de la selva peruana, la proxima vez que nos encontrariamos seria por que yo la iria a ver. Pero quiza eso no sucederia jamas.

Empezo diciendo, "Estas raro", ya no eres como antes, para interrogarme largamente sobre mi estado de animo, y yo lo negaba en todos los idiomas, pero habia en mi mirada ese brillo de incertidumbre y muerte que precede al final de algo.


-¡Ah dijo ella!-, voy a llorar.

-Tuya es la culpa -le respondi-, yo no quería hacerte daño, pero tú has querido que te domestique...

-Ciertamente -dijo ella...

- Pero vas a llorar!

-¡Si!

-Entonces no ganas nada.

-Si, si que gano -dijo ella- Por el color del trigo.